Los problemas cardiovasculares como ya sabemos siguen siendo la primera causa de muerte a nivel mundial. Por otra parte la cardiotoxicidad, como su propio nombre indica hace referencia a una toxicidad del corazón. Ésta ocurre en gran medida por los tratamientos de quimioterapia y radioterapia. La toxicidad proviene del daño que generan ciertos fármacos o radiaciones sobre los miocitos o células musculares del corazón, con ello provocando una peor contracción. Podemos distinguir dos tipos de daños y fármacos. En primer lugar aquellos que generan un daño irreversible sobre el miocito, generalmente producido por fármacos conocidos como antraciclinas y taxanos. En segundo lugar tenemos otro grupo de fármacos que generan un daño reversible cuando se dejan de sumnisitrar, estos fármacos suelen ser los anti-HER2, como el trastuzumab o pertuzumab. 

Como bien venimos comentando los problemas cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte y no sólo entre la población mundial, sino también entre aquellos supervivientes de cáncer de mama (Bradshaw PT et al., 2016). Es por esto que vigilar una posible cardiotoxicidad es fundamental tanto durante como después de los tratamientos.

En este artículo queremos comentar los beneficios que posee el ejercicio físico aeróbico y como puede modular esta cardiotoxicidad. Aún no se ha investigado en humanos los beneficios que tiene sobre esta cardiotoxicidad, pero según los estudios que se han llevado a cabo en ratas entendemos que el ejercicio aeróbico parece ser bastante prometedor. Se han publicado varios estudios donde se observa como el ejercicio aeróbico es capaz de modular de forma positiva ciertos genes que la quimioterapia modula de forma negativa generando cardiotoxicidad.  Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico consigue aumentar el VEGF (factor de crecimiento endotelial) y la diferenciación endotelial (Scott JM et al., 2013). Por otra parte, en otros estudios se ha observado como realizarlo de manera breve en períodos de tratamiento con Doxorubicina permite reducir el estrés oxidativo y con ello generar cardioprotección (Ashraf J et al., 2012).

Como podemos ver el ejercicio físico tiene grandes beneficios, al menos visto en ratas, sobre la cardiotoxicidad. Pero si nos vamos hacer una búsqueda sobre la evidencia científica y qué beneficios posee sobre la salud general veremos que regula muchos de los problemas cardiovasculares que estas personas sufrirán a futuro generándoles complicaciones. Entre éstas podemos destacar: Disminución de la tensión arterial, disminución de la frecuencia cardiaca de reposo, aumento de la función endotelial, mejora del VO2Máx, etc (Golbidi S et al., 2012).

Con respecto a éste último punto queremos destacar algo muy relevante. El VO2Máx es una variable que se correlaciona ya no solo con la salud cardiovascular, sino que es considerado un predictor de esperanza de vida y salud general. Siendo seguramente el biomarcador más relevante del sistema cardiovascular y de nuestra capacidad funcional. Mientras mayor sea nuestro VO2Máx más sanos estaremos y más funcionales seremos, además éste se va reduciendo con la edad de manera fisiológica, es por ello que el ejercicio aeróbico nos ayuda a mantenerlo o disminuir la pendiente de pérdida.

Se sabe que 1 de cada 3 mujeres que han superado un cáncer de mama se encuentran en el umbral mínimo de V02Máx (15 ml/kg/min). Esto implicará, mayores niveles de fatiga, peor calidad de vida, mayor dependencia, empeoramiento de la composición corporal y mayor riesgo de mortalidad por cualquier causa (Burnett T et al., 2013). Por ello el ejercicio cardiovascular y de fuerza se han visto como aspectos fundamentales para mejorar esta variable. Esto se debe a que como bien enseña el fisiólogo del ejercicio Karlman Wasseran en su esquema (Imagen 1), para mejorar nuestro VO2Max y capacidad aeróbica necesitamos mejorar tres engranajes. El corazón, los pulmones y finalmente el músculo y sus mitocondrias las cuales generan ATP y energía. Para conseguir todo esto necesitamos mezclar ambas modalidades de ejercicio, de esta manera obtendremos los mayores beneficios en salud.

Para concluir os animo a comenzar un programa de ejercicio físico sea cual sea vuestra condición. Debéis consultar previamente con un cardiólogo competente que realice las pruebas diagnósticas que estime convenientes para saber que estáis preparados para iniciar un programa de ejercicio físico. En la clínica IPEFC Health&Exercise contamos con un equipo multidisciplinar que nos ayuda a tomar todas estas medidas antes de comenzar nuestros programas de ejercicio físico.     

REFERENCIAS:

  • Bradshaw PT, Stevens J, Khankari N, Teitelbaum SL, Neugut AI, Gammon MD. Cardiovascular Disease Mortality Among Breast Cancer Survivors. Epidemiology. 2016 Jan;27(1):6-13. doi: 10.1097/EDE.0000000000000394.
  • Scott JM, Lakoski S, Mackey JR, Douglas PS, Haykowsky MJ, Jones LW. The potential role of aerobic exercise to modulate cardiotoxicity of molecularly targeted cancer therapeutics. Oncologist. 2013;18(2):221-31. doi: 10.1634/theoncologist.2012-0226. Epub 2013 Jan 18.
  • Ashraf J, Roshan VD. Is short-term exercise a therapeutic tool for improvement of cardioprotection against DOX-induced cardiotoxicity? An experimental controlled protocol in rats. Asian Pac J Cancer Prev. 2012;13(8):4025-30.
  • Burnett D, Kluding P, Porter C, Fabian C, Klemp J. Cardiorespiratory fitness in breast cancer survivors. Springerplus. 2013 Dec;2(1):68. doi: 10.1186/2193-1801-2-68. Epub 2013 Feb 25.