Fatiga relacionada con el cáncer

Fatiga relacionada con el cáncer

La fatiga es uno de los efectos secundarios que más merman la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Se presenta en casi el 70% de los casos tras haber acabado los tratamientos de quimioterapia y radioterapia. En este artículo no nos centraremos en explicar las causas de esta fatiga ya que es algo complejo. Influyen factores hormonales, bioquímicos, moleculares, etc. Es importante destacar que la fatiga presente en el cáncer recibe su propio nombre y se denomina fatiga relacionada con el cáncer. Esto se debe a que no hay relación directa entre el esfuerzo que se realiza y la fatiga que se percibe, siendo inversamente proporcional. Poco esfuerzo induce muchísima fatiga. En gran medida debido a una desregulación metabolica del organismo producida por los tratamientos, sobre todo por la quimioterapia.  

Por ello nos centraremos en hablar de su tratamiento o pautas de actuación. Hace muy poco, en Marzo de este mismo año, se publicó un estudio muy interesante en la revista JAMA Oncology sobre fatiga y ejercicio físico.

En éste se llega a la conclusión de que el ejercicio físico es la herramienta más potente para disminuir la fatiga. Más que cualquier fármaco o terapia alternativa. La fatiga es uno de los efectos secundarios que más daña la calidad de vida de las personas con cáncer. Como se puede observar en éste artículo, y en muchos otros, mejora en gran medida con el ejercicio físico, en concreto aquel que se denomina concurrente que es el que mezcla ejercicio aeróbico con ejercicio de fuerza o neuromuscular. También queremos destacar que se han llevado a cabo estudios que correlacionan el ejercicio de fuerza con aquellos que se denominan de relajación, yoga o similares. En estos estudios se observa como todas las variables de la fatiga mejoran en los grupos de fuerza de manera significativa en relación a los de relajación, yoga o similares. Esto se debe a que el entrenamiento de fuerza es capaz de actuar sobre aquellos factores que están desregulados en esta fatiga relacionada con el cáncer.

Por otra parte, debemos destacar que en la NCCN (National Cancer Comprehensive Network), que es una guía de práctica clínica para todo profesional sanitario sobre como intervenir con estos pacientes, se habla del ejercicio físico como la primera estrategia no farmacológica para hacer frente a éste efecto secundario. Como comenté en un principio la padece alrededor del 70% de los pacientes y gobierna sus vidas impidiendo realizar sus actividades de la vida diaria y trabajar, empeorando su calidad de vida. A su vez esta fatiga les lleva a un círculo vicioso que generá una pérdida de la condición física y también empeoramiento de la composición corporal, aumenta la grasa corporal y disminuye la masa muscular, niveles de fuerza, fitness cardiorespiratorio, etc. Esto es muy grave ya que condiciona mucho el pronóstico y calidad de vida de estas personas. Este desajuste en la composición corporal puede generar grandes problemas e incluso una recidiva, ya que como comento en el artículo de composición corporal la grasa es un potente órgano endocrino que está directamente relacionado con el cáncer. Atribuyéndole gran culpa de los cánceres a día de hoy.

Una vez entendido esto me pregunto: ¿Por qué no se pauta si se sabe de su relevancia?. En gran medida porque quizás otros profesionales sanitarios no conocen estos beneficios o simplemente no cuentan con profesionales del ejercicio que puedan asesorar y ayudar a sus paciente con ejercicio físico para mejorar la fatiga y otros efectos secundarios.

REFERENCIAS

  • https://www.nccn.org/professionals/physician_gls/pdf/fatigue.pdf
  • Karen M. Mustian, PhD, MPH1; Catherine M. Alfano, PhD2; Charles Heckler, PhD, MS1; et al. Comparison of Pharmaceutical, Psychological, and Exercise Treatments for Cancer-Related Fatigue A Meta-analysis. JAMA Oncol. Published online March 2, 2017. doi:10.1001/jamaoncol.2016.6914
Osteoporosis = Huesos de Cristal

Osteoporosis = Huesos de Cristal

La osteoporosis se define como la pérdida de la densidad mineral ósea (DMO). Para poder entenderlo de manera más sencilla el hueso se vuelve más poroso y por ende más débil. Aumentando el riesgo de fractura y con ello todos los problemas asociados.

Esta patología es silenciosa e indolora y de difícil diagnóstico. Es más prevalente en el adulto mayor y en mujeres después de la menopausia. También en aquellos pacientes supervivientes de cánceres hormonales que se encuentran con terapia de deprivación hormonal (Inhibidores de la aromatasa, tamoxífeno, etc). Esto se debe en gran medida a que los estrógenos y testosterona, que son hormonas sexuales, regulan a favor el metabolismo del hueso como se puede observar en el vídeo que se encuentra al final del texto. En él se refleja muy bien el fenómeno de remodelación ósea.

Para el diagnóstico de la osteoporosis tenemos que recurrir a realizarnos una densitometría ósea a través de un DXA. Esta prueba nos dará a conocer en qué estado se encuentra el hueso comparándolo con el de una persona sana de 30 años del mismo sexo. Si nuestros valores se encuentran entren 0 y -1,5 se considerará normal. Entre -1,5 y -2,5 estaremos hablando de osteopenia, que es el paso previo a la osteoporosis. Finalmente, si la prueba señala unos valores menores o iguales a -2,5 tendremos el diagnóstico de osteoporosis.

Ahora viene la pregunta. ¿Qué hago si presento osteopenia u osteoporosis?, ¿Cuáles son las recomendaciones y que dicen las guías clínicas y profesionales del campo de la salud?. A nivel médico no vamos a entrar en materia ya que para eso están ellos, los cuales seguramente receten calcio, vitamina D y bifosfonatos. En cuanto a nosotros y lo que nos dice la ciencia destacamos el entrenamiento. Éste se ve reflejado como estrategia no farmacológica en la Sociedad Europea de Oncología Médica. En ella se destaca el papel del entrenamiento para reducir la pérdida de la DMO o aumentarla en algunos casos.

En cuanto a qué ejercicio se ha visto como el más seguro y eficaz para solventar este problema es aquel que incluya fuerza e impactos como se ha demostrado en los estudios de Winster-Stone et al. (2011). Este tipo de ejercicios son los que generan ese estrés mecánico en el hueso y favorecerán su remodelación. No otros como nadar, pasear, aquagym, deportes recreacionales en general, etc. Otro aspecto importante es la selección de ejercicios que debemos realizar. Deberíamos seleccionar aquellos ejercicios que generen ese estrés mecánico en las zonas donde está la osteoporosis, como peso muerto o prensa de piernas, los cuales generarán una mayor tensión mecánica en el cuello del fémur, trocánter, etc.  

Por último queremos destacar que el ejercicio físico es el único factor capaz de mejorar la microarquitectura del hueso. Esto quiere decir que si poseo tres columnas para sujetar el techo de una sala, éstas deben encontrarse bien distribuidas y repartiendo de forma adecuada las fuerzas. No apiladas en un rincón sin ser funcionales.

Todo esto debería ser realizado de forma progresiva por un profesional cualificado y formado que sepa ajustar las dosis de ejercicio e ir progresando para conseguir el objetivo de reducir la pérdida de DMO o mejorarla si es posible. Con ello prevenimos la fractura de ese hueso y mejoramos la supervivencia, además de calidad de vida del paciente.

REFERENCIAS:

  • R. Coleman J, J. Body  M. Aapro  P. Hadji J. Herrstedt. Bone health in cancer patients: ESMO Clinical Practice Guidelines. Ann Oncol (2014) 25 (suppl_3): iii124-iii137. DOI: https://doi.org/10.1093/annonc/mdu103
  • Winster Stone KM, Dobek J, Bennett JA, Leo MC, Naik A, Schwartz A. Strength training stops bone loss and builds muscle in postmenopausal breast cancer survivors: a randomized, controlled trial. Breast Cancer Res Treat. 2011 June;127(2):447-56. doi: 10.1007/s10549-011-1444-z